viernes, 20 de septiembre de 2013

LA MUJER FELIZ

Mi estancia en Lima es lo mejor que me puede pasar cada vez que vengo a esta ciudad de la que tanto huyo, mis anfitrionas bellas Carmen y Claudia, junto a Sebas y la madre de Carmen son espectaculares. 
Si bien al principio no me lo creía (con esa maña de invalidación que he tenido antes de decidir que soy regia y por eso e fácil amarme jajaja), ahora me dejo atrapar por la hospitalidad, buena charla, aprendizaje sobre crianza y amor del bueno.

Pensaba que eso era todo cada vez que he venido, pero me equivoqué.

Ayer, mientras veníamos de comprar calorías para la noche de cine en casa (jajaja), Claudia me recomendó un parquecito detrás de su casa donde corre según me indica, por lo que hoy, luego de vestirme y desvestirme buscando pretextos para no salir a  correr, ponerme doble polo por el frío y remojar mi rostro, lo hice y encontré este pequeño paraiso lleno de plantas, aire fresco y olor a arbolitos y flores. ¡Lo máximo!
Siempre me pongo metas al correr, con resultados distintos cada vez, ahora fue sólo de 40 minutajos y a buen ritmo, el plus del espacio ha sido el saludo de los vecinos (ya me sentía yo como Lizandro Meza en su canción el hombre feliz), incluyendo una señora vendiendo pan al lado de su hija, la cual me miraba sonriendo a casi cada  vuelta como una recompensa. 
Aprendo cada vez que me pongo una meta, en especial porque sólo depende de mi, aprendo que mi vocesita interior también se entrena conmigo en concentración, enfoque, apertura, tolerancia, constancia, perseverancia... también se entrena en pensamientos positivos ya que sacar a mis mariposas (tengo un bolsito lleno de mariposas que colecciono, que son recuerdos lindos de mi vida), pensar en mis sobrinas (Asucena y Ariana), en los logros que he obtenido hasta ahora, en el amor de mi madre, de mi padre, los/as amigos/as que hago a diario, en el amor y los reconocimientos, hasta las sonrisas que recibo, me sostienen mucho más que aquellos qué han generado frustación, desdicha, desamor, enemistad, lágrimas..., los que intento borrar casi de inmediato para no contaminar y saturar mi cuerpo. Entonces durante todo el día estoy ejercitándome en los mismos pensamientos que me suman más que los que me restan.
Ejercitarme entonces me ayuda de muchas maneras en varias esferas de mi vida, pero hacerlo además en este espacio de hoy por la mañana, venir y encontrar a Carmen y Sebas ya en pie saludándome, ella siempre con su sonrisa; la pos-buena charla, mi Post-sport, mi Biopro+tec con fresitas y leche, ha sido invaluable. Pienso en lo dichosa que soy al tenerles en mi vida, y la guardo en mi bolsita como otra mariposa para contemplar y apreciar en la siguiente meta "ejercística" que me ponga.

1 comentario:

Rialxandra dijo...

Aveces de las pequeñas cosas se aprende mas que de las grandes, las alegrías y tristezas para mi se miden en función de lo que quiera uno mas sentir. Bien por ti Yanca, hoy aprendí a través de ti. Un abrazo