martes, 22 de febrero de 2011

Llamado a la provocación

(Un lúcido texto de Violeta Barrientos Silva, reconocida poeta Peruana. Esto con respecto a los sucesos del 12 de febrero).

Claro que fue una provocación.
Que homosexuales y lesbianas se besen en el atrio de la Catedral es una provocación.
Que una mujer se desplace en minifalda a las tres de la mañana en un barrio pobre, es una provocación.
Que un peatón intente caminar sobre un crucero peatonal ante autos que se detengan como en Europa, es una provocación.
Que un político salga del closet sin que le digan "loca", es una provocación.
Que un niño con retardo mental intente asimilarse al juego de otros niños sanos, es una provocación.
Que un peruano común y corriente intente cruzar por primera vez la fronteran de un país rico es una provcación.
Que un pueblo salga a la calle a protestar contra una dictadura, es una provocación.
Es obvio que sin provocaciones, unos cuantos viviríamos en paz a costa de otros gracias a la represión.
Probablemente entonces nos diríamos, ¿quién les mandó ponerse ahí, ¿en el lugar del riesgo? Si permanecieran callados no estarían más seguros ahí en el lugar rezagado que la sociedad les asigna, pero más seguros?
Pues bien, ponerse en un lugar de riesgo es un acto de coraje, más aún si se trata de defender una causa.
Las independencias nacionales, la conquista de derechos humanos y la lucha contra los autoritarismos, siempre han necesitado de quienes se atrevan a ocupar esos lugares de riesgo, justamente para que estos no sigan existiendo, porque esos lugares de riesgo nos señalan los lugares de opresión que someten a una parte de la población día a día y eso no lo podemos tolerar.

lunes, 21 de febrero de 2011

Recuperando la plaza mayor para el pueblo...!!!

No lo pensé mucho, sentí que debía ir y ya, cogí la mochila, Tito su maletín y nos fuimos mismo llamado thundercats a la Lima para hacer fuerza en los “Besos contra la homofobia: la resistencia”, llamado así por la represión brutal efectuada por la Policía Nacional el sábado 12 de febrero a un grupo de activistas del MHOL que por tercer año consecutivo convocaban a efectuaban este acto simbólico de besarse en un lugar público y este año se escogió la Plaza Mayor. El resultado fue 8 heridos denunciando, una lesbiana con la cabeza rota y persecución de dichos activistas con gas pimienta, insultos, golpes y al día siguiente, la evaluada mayor expresión de intolerancia masiva de los últimos tiempos.

No sabían que la cobardía es asunto de los hombres y no de los amantes como dice Silvio, al movimiento LTGB ya no se puede callar... uy! Ahora sí que ya no nos pueden parar!

Lima nos recibió soleado, en el MHOL la gente aún no llegaba pero ya mentalmente nos preparábamos para lo que sea. Se había hablado hasta de disturbios y enfrentamientos y creo que fue una de las razones por las que muchos/as no se atrevieron a ir porque si no habría sido masivo, multitudinario, aún así no dejó de ser alentador… Ver tanta gente joven, adulta todos y todas alegres, algunos besándose, las parejas tomadas de la mano, la plaza asaltada por la felicidad y pacíficamente, por todos lados amigos y amigas, compañeros y compañeros, algunos personajes conocidos y yo con mi envidia sana de que esto suceda en mi tierra.

Me alegré mucho y sabía que valía la pena estar allí compartiendo con lesbianas y gays limeños y limeñas su momento cumbre hasta ahora. Veía su euforia, esa sonrisa y mirada de complacencia por poder haber impuesto respeto, porque no es que ya decidieron no tocarles, sino que la presión política fue tan fuerte que se sintieron obligados a respetarnos aunque a mucho no les convenza el asunto de poner la ley sobre sus propias creencias, es porque saben que aunque les joda no pueden evitarlo, vivimos en un Estado de democrático y la constitución se respeta.

Por esto también los católicos –y algunos evangélicos-, acordonados de espaldas a nosotros/as, ahora no hacían nada porque de alguna forma sienten que deben respetar la ley y no echar leña al fuego como el 12 de febrero en las escalinatas. Yo he visto a estos señores gritar pestes y tirar cosas estando o no los medios de comunicación, como en Chiclayo el 2010 cuando nos tiraron caca desde la iglesia misma en una manifestación pacífica exactamente en el mismo lugar en la catedral de dicha ciudad.

Todo lo que escuché durante y después de eso, me decía que era “el momento” del movimiento en dicha ciudad, como ya nos tocará a las otras en su momento que así es como avanzamos, así construimos. Es normal tener miedo compañeros/as siempre es el miedo a lo desconocido, pero quien no logre vencerlo con paciencia y valentía, ¡debiera replantearse alguna estrategia para conseguirlo! o al menos no joder al resto. Muchos/as pensaban que era una acción demasiado arriesgada, loca, provocativa, violenta, me llamó hasta mi familia para que desista de ir, supongo a los/as compañeros/as les pasó lo mismo, pero cuando se hace algo con esa convicción de que haces lo correcto para ti y para el resto, es difícil contenerse. Yo iba con la consigna leída: si tocan a una nos tocan a todas...

Me he visto a mi misma en muchos rostros ese día y eso me deja aún sin las palabras suficientes para expresar las ganas que tengo de no parar, les he visto luego celebrar, arengar, llorar de alegría y me motivo, porque aunque no se gana, se goza y me gusta sentir que contribuyo en la construcción de un Perú mejor.


Hay mujeres que luchan un día y son buenas. Hay otras que luchan un año y son mejores. Hay quienes luchan muchos años y son muy buenas. Pero hay las que luchan toda la vida: esas son los imprescindibles. (adaptada de Bertolt Brecht)