miércoles, 26 de marzo de 2008

UN DÍA EN MI TIERRA

Todo el camino me la pasé escuchando música en el bus, mirando lo verde que está todo por las lluvias, pero cuando entré ya a la zona de La Huaca, mi corazón palpitaba más fuerte, estaba viendo nuevamente a mi novia de toda la vida: mi tierra, San Juan de Bigote.
He filmado mi entrada.
Apenas bajé del carro corrí a buscar a mi madre para saludarle, veía poco a poco gente conocida, ya marcada por el paso del tiempo, -demasiados años que no vengo-, pensé, el pueblo está un poco cambiado.
La gente me mira indiscretamente comentando algunos quien será, otros/as: es la Yang!.

Me medio instalo y con mi cámara en mano corro atraída por el imán que el cerro tiene conmigo, visitando a algunas amigas de camino hacia este las cuales abrazo incesantemente, y disculpando el apuro corro a subir por sus faldas verdes a zancadas. Me canso, pero no me canso joder, ¡me encanta!

Inhalo profundamente cerrando a veces los ojos -¡aquel aroma tan familiar, de tantos recuerdos gratos durante mi niñez y adolescencia!-, como tratando de encerrar estos olores en mis pulmones por siempre. Llego al pozo, voy mirando como el Titanic se va formando ante mis ojos, estoy maravillada…

Llego a la Cruz, -este año cumple 40 años de colocada allí-, la toco. Me doy vuelta y aparece ante mis ojos todo mi pueblo, rodeado de vegetación incesante y me estremezco, abro mis brazos, sonrío, hablo sola de lo bien que me siento, grito: libertad!

Esto es estar en satori completamente como diría el Combativo, miro las calles por las que tantas veces pasé, aquellas que conocen algunos de mis secretos, miro el viejo colegio primaria casi devastado por las lluvias, miro mi colegio secundario: José Carlos Mariátegui, fundado en parte por mi padre: está precioso, el aula de quinto año, donde nos sentábamos a cantar “las chicas candela” en horas libres mientras Alan o Edgar tocaban la batería improvisada en las carpetas con tal habilidad que sorprendía.

No quiero sacar conclusiones de este viaje, ¡ba!. Sólo me dan ganas de disfrutar el recuerdo de cada momento de las pocas horas que estuve allá, ganas de amarrarme a un ave y sobrevolar ese paraíso que me dio tantos, tantos buenos ratitos de felicidad y amistades sinceras, sencillas, puras…

Tengo que volver.

sábado, 8 de marzo de 2008

A COGER EL TORO POR EL CUERNO

¡Hoy 8 de marzo me levanté a correr como cada dos días en mi intento de no atrofiarme el cuerpo, corrí un poco más de lo habitual para celebrar, y como para celebrar también me jodieron tres patas en el camino: un chofer de combi, y dos mototaxistas… al parecer una mujer que hace algo distinto a las 6 am que no sea lavar los platos, barrer para ganar tiempo o lavar ropa y preparar desayuno a la familia casi a la vez hay que intentar “motivarla” a “piropos”.

Llego al trabajo y todos me dan el abrazo, me saludan. Trabajo mayoritariamente con varones, ellos saben que soy feminista y como de vez en cuando les suelto el rollo de género se acordaron temprano del asunto… claro, lo malo es que soy casi la única mujer a la que le han dado el abrazo hoy, se les olvidó a la mayoría el abrazo a las que les cocinan en casa y les lavan la ropa.

Pero estos saludos y abrazos no llenan.

Porque en realidad es un día más de reflexión, es un día en el que una mide cuales han sido sus avances y aportes en el año para que se acorten las brechas de desigualdad, un día para hablar por aquellas que aún no tienen derecho a voz, para tomar las calles afirmando que también son nuestras, que las noches son nuestras sin que eso nos haga putas, o que si somos putas es asunto nuestro.
Que nos ganamos a pulso las gerencias y las presidencias, que podemos ser firmes juezas supremas y amigas, hermanas, abuelas, tías, primas o madres amorosas a la vez. que no usurpamos lugares, nos los ganamos poco a poco con empeño, que nos cuesta como a cualquiera.

Escucho una canción que me encanta “ella” se llama…dice: hoy vas a ser la mujer que te de la gana de ser, una mujer valiente una mujer sonriente, mujer que hoy ha roto sin pudores las reglas marcadas, hoy sabe que su vida nunca más será un fracaso. me motiva.

Y pienso: en realidad, no es el 8 de marzo en que vamos a descubrir que valemos como por arte de magia, es cada reto aunque pequeño que nos proponemos y conseguimos cumplirlo, aunque sea leer un libro en el tiempo planteado, hacer ejercicio, terminar la carrera, sembrar un jardín.

Somos la mitad del mundo no lo olviden, es también nuestra responsabilidad sus triunfos y sus fracasos, pero en igualdad de condiciones. Esa es nuestra lucha más grande.

FELIZ DÍA A TODOS/AS LOS/AS FEMINISTAS MUJERES Y VARONES QUE LUCHAN POR UN MUNDO MÁS JUSTO!

¡FELIZ DÍA A LAS MUJERES QUE CON LOS OVARIOS Y TETAS BIEN PUESTOS/AS COGEN POR LOS CUERNOS SU DESTINO!