viernes, 4 de marzo de 2011

¿REGIONES O PROVINCIAS?

Históricamente, la concentración del poder político y económico en nuestro país ha mantenido un desequilibrio constante entre Lima y el resto del país. Una suerte de subordinación hacia un bloque dominante nacional y transnacional nos ha incapacitado para construir un proyecto de desarrollo inclusivo. Esto y la centralización autoritaria del ejercicio del poder ha facilitado inequidades y desequilibros sociales que se resisten aún; siendo un problema más de falta de voluntad política para “soltar la cabra”.

Ojo con la desinformación ya que no fue el “terrorismo” lo que ocasionó la migración en masa de “provincianos/as” a Lima, sino algo más profundo como el sentimiento de abandono y pobreza, nulo acceso a la salud, educación y trabajo que originaba esa concentración de poderes que terminó sobre poblando nuestra capital. Como bichos con un foco, el peruano huía de la obscuridad atraído por la luz capitalina. Con graves consecuencias claro: el resto del territorio del país cada vez más deshabitado, abandonado y deplorablemente trabajado y explotado. Principalmente en el área andina, en la Amazonía, y en las zonas de frontera.

La idea de descentralización no surgió con Toledo por si aca, desde fines de la colonia se planteó el asunto intentando su aplicación en adelante por conveniencia y de forma rudimentaria durante casi dos siglos; pero el sistema dominante ha sido lo bastante fuerte para bloquearlos. Es bueno resaltar que cuando se ha cedido, ha sido por cuestiones de orden territorial, intereses económicos, administrativo y no por equidad, desarrollo social y justicia y es una pena.

Más de la mitad de la industria se encuentre en Lima, uno de cada tres peruanos/as vive en Lima, más del 90% de los ingresos está en manos del gobierno central, más del 80% de los gastos estén en manos del gobierno central y, contraponiéndose, Lima y Callao sólo ocupan el 0.3% de territorio nacional. Esto sin contar el alto grado de contaminación que existe en dicha ciudad, pero... detesto Lima (discúlpenme limeños/as), por lo del clima y contaminación, pero por otro lado, soy consciente que concentra el 33% de universidades y las mejores del país y es lo único que me atrae.

Bueno que me salgo del tema. La descentralización es un proceso de largo plazo y una forma democrática de organizar el país, pero necesita muchos hombros para hacerlo efectivo. Con la descentralización se intenta que las REGIONES (ojo que resalto a propósito la palabra ya que la PROVINCIA desapareció hace varios años), elijan su propio plan de desarrollo, priorizando sus necesidades. Necesitamos señores/as “aprender a pescar” y esto va para todos/as.

No uso el término provincia para denominar a mi Piura querida como no uso el término provinciana para denominarme ya que hasta que la teoría queer atraviese mi razonamiento regionalista y necesite con orgullo reivindicar el término, seguirá siendo para mi un intento de mantenernos en la periferia, de minimizar nuestra participación en la toma de decisiones, pero principalmente de sostener ese sistema paternalista que tanto daño nos hace.

Así como en 1992 leía un artículo sobre el inconsciente esclavo peruano 500 años después, el que agacha la cabeza cuando el individuo “de bien”, empresa o gobernante hablan o levantan la voz, por problema de cultura esclava no extinta, así aún veo a mis hermanos y hermanas (incluyendo lesbianas, maricas y tracas), agachando la cabeza o indiferentes cuando habla Lima, y con más pena cuando compruebo que seguimos siendo el “voto”, “la firma” o “la suscripción” cuando de toma de decisiones que nos incluye, se trata.

Yo sólo pido una cosa ahora a mis amigas/os feministas, a las lesbianas gays, trans, travestis, trabajadoras sexuales y a esta comunidad de activistas a la que pertenezco y de la cual aprendo, en aras de voluntad de cambio, porque además este escrito salió a raíz de un término mal empleado:
Compañeros/as de la región Lima, nosotros y nosotras, los y las que construimos Perú con ustedes, que aportamos tributos, que nos sacamos la mierda como cualquiera, somos piuranos/as, tacneños/as, tumbesinos/as, cuzqueños/as, NO provincianos/as, y vivimos en REGIONES que intentan ser autónomas, tenemos nuestros propios procesos de desarrollo, para un crecimiento más equitativo... algunas con más pilas que otras claro, tenemos procesos de presupuestos participativos (me encanta la idea aunque no siempre funcione bien), también la sudamos y el sudor es de la misma calidad aunque en menor proporción poblacional.

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