Los pasos de ayer, de vuelta al trabajo y las mareas rodeando cada minuto caído, recordándome que ya nada es igual desde que cumplí los 30... es mucho mejor.
Fijamente obsesionada en los rincones de mi anatomía -algunos ni logro mirar jaja-, pensamiento que no me dura mucho, ba!, si es como el respeto ganado pero a purito esfuerzo!!, yo suelta de huesos sobre este petate llamado cama, mirando tv que en estos tiempos hay en el cuarto -cómo has cambiado pelona!- e intentando entender por qué hay tanta mierda en ese aparato anorexico -cada vez más flaco-.
De pronto te veo, eres como una visión, uno de esos pensamientos vagos que se entrecruzan siempre en mi mente atropellándose, pero que de pronto es el más importante y se para frente a mi... no miro nada más que hace los ufff de años que te conocí y rápidamente recreo cada momento de los leeeeeeeeeendos, paseando, disfrutando de la naturaleza, trepadas en la moto huyendo del mundo o mirando gente pasar atravezándonos como fantasmas pues no teníamos más ojos que para nuestros propios cuerpos...
Esa sensación de mirar de a retazos la tv mientras me recocijo entre nuestro pasado me ayuda a sentarme más firmemente sobre mi pierna adolorida aunque sea, esa visión de lo bonito que vivímos pero que allí se queda sin hacer escándalo en mi alma ni manipularme cual marioneta hacia la primera impulsividad de mi ello. Tengo otras perspectivas, tengo otras miras, tengo otros sueños y no estás dentro de ellos y aunque una gotita de nostalgia me moja de vez en cuando los brazos como cuando nos cae del cielo algo de lluvia con semejante sol y nos decimos, pero como puede empezar a llover?, y al momento ya nada, era sólo efímero e instantáneo casi por lógica.
No es amor lo que no siento, es algo más fuerte, tanto como para no permitirme lavar algún cabello rasta de mi rica vida, nazco, renazco y el ave fenix me mira absorto y con el pico abierto jajaja, no es nada, soy sólo yo como siempre, como desde pequeña.
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